"Algunas personas creen que el fútbol es una cuestión de vida o muerte. Yo puedo asegurar que es mucho, mucho más importante que eso" - Bill Shankly
Este fue el caso de Lorenzo Schoonbaert, que con 41 años de edad ya había sido sometido, sin éxito, a 37 operaciones. Sufría de una enfermedad terminal y los médicos ya habían perdido la fe en poder salvarle la vida. Bajo las leyes de eutanasia liberales de Bélgica, los médicos coincidieron en que Lorenzo podría poner fin a su propia vida.
Lorenzo ya había tomado una decisión y se la había comunicado a sus familiares, había puesto una fecha para que le aplicaran una inyección letal, sin embargo, la fecha original fue pospuesta.
"Desearía ver por ultima vez al Brujas, quisiera verlos ganar un partido más" - Lorenzo Schoobaert
El domingo pasado, Lorenzo viajó con Diana, su hija de siete años y visitó el Estadio Jan Breydel antes del partido contra Moeskroen. Le habían pedido a Lorenzo que hiciera el toque inicial junto a su hija, el estadio estaba lleno, habían más de 20.000 aficionados y se veían pancartas que decían: "Nunca caminaras sólo Lorenzo". Inició el partido y se dirigió a la sala VIP junto a su hija para observar el transcurso del juego, en el segundo tiempo el Brujas marcaría tres goles y ganaría con un resultado de 0-3
Finalizó el partido y con lágrimas en los ojos, dijo:
"Estoy increíblemente feliz ahora. Este será un recuerdo atesorado para mi hija y podrá disfrutarlo toda su vida. Mi último sueño se ha hecho realidad. Puedo morir en paz ahora. Voy a celebrar desde el cielo"
El día después del partido, a Lorenzo Schoonbaert le aplicaron una inyección letal que acabó con su vida. Su familia comunicó en Facebook:
"Como él decía, tenemos que mirar hacia arriba. Fue valiente hasta el último minuto y disfrutó hasta el final de sus seres más queridos."
Que en paz descanses Lorenzo.
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