El día que un árbitro dirigió un partido montado en un caballo.

martes, 3 de febrero de 2015

Transcurría el año 1925, se debía disputar un partido que era decisivo en la Segunda División Cordobesa, era prácticamente una final entre el Velez Sarsfield y el Peñarol.
Se había pactado se pacto en una canchita del barrio el Abrojal y se designó a Carlos Libertario Linossi, árbitro la Liga Cordobesa de Fútbol que dirigió entre 1917 y 1965 -casi medio siglo- con la increíble suma de 2.500 partidos encima. 

 "El Loco", como se lo conocía al árbitro cordobés tuvo una primera parte muy tranquila, el segundo tiempo fue un poco distinto. Habían transcurrido 30 minutos del segundo tiempo y el marcador estaba empatado 1-1y el Peñarol marcó el 2-1 que lo catapultaría a Primera División, esto provocó la invasión al  campo de juego por parte de los hinchas del cuadro que iba perdiendo. No había alambrado, reja, ni nada que se le pareciera. Tenían la intención de golpear a los jugadores del equipo rival, en ese momento saltaron al campo también los hinchas del Peñarol.
En este momento "El Loco Linossi" tomó una decisión un poco extraña, se montó en su caballo con el cual había arribado al estadio y comenzo a separar a los hinchas, no pasaron más de 10 minutos y ya todo estaba nuevamente en clama.

Linos decidió que el juego debía seguir su curso, continuó su labor sentado en el lomo de su corcel y se convirtió en el primer -y probablemente último - árbitro en dirigir un partido con cuatro patas.
El partido llegó a su fin y Peñarol ascendió a primera.

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